Asimismo muchas de las especies de lupinus producen semillas que sirven de alimento a los ganados e incluso —como en el caso de L. albus o en el del L. mutabilis—
alimento para el ser humano. Pero en este caso es menester un previo
tratamiento y siempre su consumo debe ser moderado ya que poseen alcaloides y otras substancias que pueden afectar la salud humana.
Ya en la Antigüedad era muy frecuente el consumo de lupinus, que
viene dándose desde una época que supera los 4.000 años, siendo alimento
usual entre los antiguos egipcios y los mayas.
En la actualidad los lupinos se pueden consumir en forma de grano salmuerado (tal como ocurre en el Maghreb, la Occitania, Portugal, Ecuador, España, Italia, Argentina y Venezuela), o bajo la forma de una sémola preparada en galletas. Empero, el consumo en exceso de estos vegetales puede provocar una intoxicación crónica llamada latirismo.
En el 2004 Australia fue el mayor productor mundial de semillas de lupinos, alcanzando a producir 1 millón de T, lo que significó el 87% del total mundial.
Las variedades destinadas a la alimentación animal son dulces, es
decir, contienen menos de 0,02% de alcaloides, mientras que el resto son
amargas, o sea, superan ese porcentaje de alcaloides. El amargor
es una característica dominante y por eso la semilla que se obtiene
sucesivamente de variedades dulces que se fecundan sin intervención
humana pierden el dulzor y dejan de ser adecuadas para los animales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario